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5/11/07

Invasión en la frontera.

Era la segunda vez que intentamos cruzar la frontera del Oeste del país y tampoco lo conseguimos. Por el precioso camino vemos esto. No se movían. La invasión era lenta.



También pasamos por Wamba, y PeleaGonzalo, asustando con los truenos (él) y con gritos (yo) a las pobres ovejas que osaban pastar a los lados de la carretera y a los pájaros posados en esas peculiares vallas que delimitan los campos camino a Portugal.










El resumen: La gente se comporta en los garitos como si en la puerta exhibieran el acogedor cartel del Tirol "bikers welcome". En Moral de Sayago, ya frecuente en nuestra ruta, nos regalan una camiseta (a él) y un set de maquillaje (a mi). En Fermoselle comemos genial, tenemos un espléndido bono de nada menos que 0,25 leuros para la próxima ocasión. Después de la comida en Valladolid, que termina a la hora de la cena, los vapores etílicos nos impiden continuar sobre ruedas. Pedimos indicación de hotel al mismo poli que nos quita la multa por aparcar en medio de la plaza peatonal.
Y luego seguimos bajando a los infiernos... Hotel con nombre de compositor alemán fantástico para esos outsiders que duermen calientes en pingüinos. En la misma calle otro hotel de la misma cadena pero sin garage lleva el apellido del mismo compositor.






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