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7/8/11

Y venga iglesias!!

Ya que amanecemos tan cerca de la playa, me apetece ver el mar. Nos encaminamos hacia el este, hacia la costa.
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Ver Segunda parte, Inmersión en el Teruel profundo en un mapa más grande


Por la carretera de Chodos a Azteneta a ritmo mañanero de cuentapinos avanzamos, igual que el sol va calentando el ambiente.




A la altura de Useres, el calor hace que la más mínima cordura resulte agobiante. A lo loco, sin protección, con el viento acariciando, como a mí más me gusta rodar, continuamos.
Las obras nos obligan a parar un momentito. Obsérvese la mirada que lanza a Hulk el operario que está más a la derecha.

El primer contacto con la costa no puede ser más hortera, resulta que hemos dado con Marina Dór y nos recibe este zuruto metálico flanqueado con torres de apartamentos. Nos espantamos y seguimos por el borde del mar hacia el norte.
Un paseíto por la carretera que discurre paralela a la costa y que sacada de contexto me recuerda a los paisajes del Rif en Marruecos.
Unos mejillones y sepia deliciosa en Torre de la Sal, antes de continuar, ya que aquí no encontramos alojamiento. Aguerridos aventureros que parten de viaje sin reservar, pero el caso es que nunca hemos tenido que dormir a la intemperie!!!

En Alcossebre / Alcocéber (y aún vimos escritas otras dos variantes del nombre) parece que no hay demasiada gente aún, nos instalamos en el Hotel Jeremías (Johnson, me sale a mi decir). De regreso me entero de que en mi tierra adoptiva hay un cartel de "Eigea os Cavaleiros" y ya si que no entiendo nada de las lenguas autonómicas.
De la Iglesia de Alcalá de Xivert lo que más me gustó fue la figura de San Miguel matando al demonio, que se le ve que le tenía ganas. Mientras nos tomamos unas birritas se escuchan de fondo los ensayos de la banda para las fiestas.
y la ermita de Santa Lucía, en un enclave que recuerda - salvando las distancias- al desierto de Las Palmas en Benicassim, a la que se accede por una pista bastante técnica en su tramo final.


El pozo y la pequeña casita derruída junto a la iglesia son encantadores, pero además, desde todo lo alto de la Sierra de Irta el panorama es espectacular.
El paseo nocturno nos deja claro que hay sitios por los que está prohibido pasar.
Y de vuelta al hotel para descansar después de la rodada de hoy, saltar las olas y la caminata, una alucinada con los 222 cuadros, pintados en 24 horas por Joaquín Arnau de Inurria que le valieron el record Guinness de pintura rápida de 1993 y la mano vendada por los callos producidos por las espátulas. Se nota, se nota,  como dice Piedrahita que " Dios hizo el mundo en siete días."

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