Un sitio inmejorable como punto de encuentro, no tiene pérdida: enfrente de la policía local. La máquinas en el pesebre donde aparcan ellos. Salimos del garito justo a tiempo para pillar a uno dedicándome una nota.



Dormimos como en casa de la familia en el Voramar. Nos recuperamos de los excesos de la noche desayunando al sol, como a mi me gusta durante todo el año, pero especialmente en invierno. (A pesar de eso no fue ese el despertar estrella del fin de semana).

La vuelta por secundarias aderezada con lasagna de setas y foie, alcachofas rellenas de gambas y bacalao para empezar, el resto,
el resto sería de mal gusto contarlo a quien no vino con nosotros.
Así que no lo haré. ;P
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