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7/9/12

Monjes por todo lo alto: Meteora

Para hoy tenemos: llegar al Pireo, tomar allí el ferry hacia Creta y uno de los mejores desayunos de todo el viaje, con huevos revueltos y bacón crujiente, decenas de mermeladas caseras de sabores diferentes, fruta fresca de temporada ya peladita, - menos las uvas, que no tenían pepitas -, bollitos caseros de chocolate, canela y limón,... lástima que yo no tenga tantísima hambre por la mañana!
Rodamos entre formaciones rocosas que nos recuerdan a nuestros Mallos de Riglos

Luego hacemos turismo por los monasterios, pero como siempre nos pasa cuando hay mucha gente, nos cansamos enseguida. Eso sí, los monasterios muy bonitos.

Había un teleférico en uno.

En el cruce que lleva a la derecha al tercer monasterio - el papel que nos dan en el hotel indicaba el orden, las horas de apertura, distancias y todo lo que hiciera falta saber para no perderse ni uno -, nosotros giramos a la izquierda, hacia el norte.

Pasamos por las ignotas localidades de Gavros y Skepari y los valles en que se encuentran en los montes Kalidromo. Son poblaciones y carreteras tan secundarias que los nombres sólo aparecen en griego en los carteles.

Pasamos por Kalampaka, Trikala, Larisa, Platikampos, Lamia y llegamos al famoso estrecho de 300. Tomando las aguas, que de ahí le viene el nombre a las Termópilas. Parecen budas en cascada.

El monumento oficial un poco más adelante. Infrigimos un poquillo sólo para sacar la foto con las motos.


"CAMINANTE, VE Y DILE A LOS ESPARTANOS QUE SUS HIJOS CAYERON EN CUMPLIMIENTO DE SU LEY"
Más adelante de la estatua de Leónidas hay un "centro de interpretación" donde peregrinan escolares y griegos henchidos de orgullo patrio.
 

La altura de las montañas es más que monumental y contrasta, no cuesta nada creerse que hay dioses allí arriba. Igual que el delta del Ebro, este otro ha ido ganando terreno al mar y ahora el paso queda muy tierra adentro, por aquí, más o menos, y decidimos seguirlo.

Nos perdemos (ya hemos perdido la cuenta de las veces, también), pero esta vez está un poco justificado porque no esperábamos que una pista conectara con esta preciosa carretera que recorre la falda de la montaña, con el valle que se ha ganado al Egeo a los pies.

Cada 20 metros la casita conmemorativa.

¿Y qué hay dentro de las casitas? Suele haber una botellita de agua o líquido turbio, unas estampitas o iconos y alguna vela.

Prueba superada, conseguimos llegar a tiempo de tomar el barco en el Gran Puerto del Pireo. Impresionante la superficie que ocupa y lo que se tarda en recorrerlo de punta a punta. Resulta que había varias opciones para embarcar, casi todas a la misma hora, así que sin problemas de reserva.

A bordo, moqueta en el suelo, la piscina con agua (no que nos fuéramos a bañar), los camareros de librea nos acompañan con los petates al amplio camarote, cena a base de uno de los mejores filets mignon que he probado para ayudar a pasar un vino excelentísimo con vistas a la bahía y además: cama de matrimonio. Todo un detalle Minoan Lines.

PD: En especial para los paranoicos con las ataduras en los ferrys, que hay hilos enteros sobre ese tema: Cuando a la mañana siguiente bajamos a por ellas, las motos estaban atadas exactamente asi:

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