Camino a Zamora, las secundarias son rectas - y vacías cuando ruedas mientras los demás trabajan-. Los Putos Amos de la Carretera!!!!
En Coreses hay un elefante de oro que es mentira.
Y un convento que hace gala de todo menos de austeridad.
Zomorra, tierra dura como la piedra y el hierro. Espartana, como los 300. Pruebo el Arroz a la zamorana (claro) y otras especialidades que alargaron la hora de la comida hasta casi las seis. (Fué allí donde comprobamos sin asombro que el merchandising de la máquina roja no es muy buena calidad).
Hacia la frontera, el panorama se volvía cada vez más rural.
Cuidado con las carreteras que aparecen blancas en el mapa: un par de centímetros pueden ser varias horas de ruta. Eso sí con paisajes llenos de rincones que te dejan la boca abierta y que hacían que parase cada 500 metros para inmortalizar.
Las nubes y el horizonte nos acompañaban camino a Portugal, y también de vuelta. Cara a cara con el viento: 120 y con el puño a tope!!.
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