Acabamos el día cerca de Niza para darnos un baño en la playa y refrescarnos también por dentro. Desde el agua escuchamos varios truenos rodando cerca: se puede pedir más?? Después de una maravillosa cena con un exquisito magrêt au foie nos esperaba una sorpresa en el garito que fotografiamos al día siguiente: El Texas Truck. Motos en la puerta, concierto en directo y gente estupenda: la camarera salió cuando nos íbamos para invitarnos a chupitos. Encantadora.Una noche más y ya nos sentimos en casa, - Bienvenido a España, disculpe las molestias- la carretera con baches, rodadas y obras, sujetando fuerte el manillar... Por secundarias, un camión adelantando en una curva a la izquierda nos recuerda que estamos vivos. Yo pude ver los ojos del conductor, el R.C. pudo ver los de los mosquitos del parachoques.
Paramos en Calatayud y nos encaminamos hacia la Dolores (lola, como yo!).
E incluso ahora, con más de 7.000 kms. nuevos, con las alforjas vacías y el petate desembalado, el viaje no ha terminado...
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