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27/9/09

Tan clásico como un Sidecar

Es que tienen ese románticismo irresistible que hace que, de nuevo, vaya como infiltrada. Vaya un mínimo homenaje dentro de mis posibilidades.Nos perdemos, pero un amable pastor a la vera del camino nos indica (esto es textual): - Pues vais de culo! -. Todavía nos reímos de lo acertada de la indicación cuando llegamos a tiempo de ver las máquinas desfilando.
Para la próxima prometo acordarme de fijar el encuadre sin motivos contemporáneos.

La hoja de ruta perfectamente delimitada. Esto es nivel!!

Los de Villar los Navarros se curraron una comida exquisita. Mientras el aire se inunda de aromas pasamos el tiempo usando arteras artes para descubrir el peso de la chica y la tara (de la báscula).Y curioseando, preguntando, aprendiendo, admirando... Mira! Un Willy! De la guerra de Corea! Pasa a ser una de mis máquinas favoritas al instante.Todas esas -TODAS- son las que se necesitan para abrir las cajas de municiones, depósitos, contactos y miles de gadgets que tiene.

Las Impalas y las Ossas. Instinto animal?

Gratísima compañía con muchos motivos para compartir. La pasión se mascaba en el ambiente.Se dice el pecado, pero no el pecador, pero el caso es que no era para comer...


...y flipé ante la seguridad del propietario del Alpine que en ningún momento desconfió de su motor. - No, no, éste NO PIERDE.
El motor no tira. Se queda sin fuerza. Varias motos antiguas, las infiltradas, algunos coches antiguos, los de apoyo y la grúa parados en el arcén.


Al final la comitiva está formada por un grupo de lo más variopinto, el Willy a lomos de la grúa, con escenarios de todos los tiempos simultáneamente.

Muy, muy agradable para la vista también.
Dejaron que basculara la DKV de la Wehrmacht. Coincidencia: ya conozco al dueño!...
... su otra máquina hizo que varios hombres se arrodillaran ante ella.
Claro que se merecía un premio! Encantada!
Colofóng!



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