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21/8/10

Hacia el ferry

Una última revisión al check-list (esta vez he cambiado los pulpos por cinchas) y salimos hacia Barcelona. Nada destacable por autovía excepto que tengo que decir a un niño que se acerca a ver mi moto que NO es una Harley.

Llegamos antes de la hora de comer, y mientras hacemos tiempo llamamos a algún amigo y nos ameniza junto a la playa - no doy crédito a mis ojos - el Gran Bernardo Cortés (juas!) nos cuenta parte de su vida y Hulk le compra un CD: Siempre jóvenes (!).Después nos acercamos al puerto a ver si está todo en orden y Julián aprovecha para tapar la Totemkopf con los colores patrios para evitar herir susceptibilidades allá en el este.

En el puerto está también el propietario de esta maravilla que nos cuenta que en el reino Unido se puede elegir la matrícula que quieras (pagando).
Obviamente esta máquina es del mismo dueño, le ha hecho apenas 200kms. Les dejamos allí y aprovechamos para dar una vuelta por las ramblas y ver si me acuerdo de dónde está el Paddock.
Curioso coche en lo alto. Tiene puesta la pegatina de coche abandonado.
Muchos carteles en este barrio con protestas sobre el mismo. Sin embargo, el solar adyacente tiene unas mesas de ping-pong y canastas.



Pequeño paseo por las Ramblas:

Colón está señalando al lado contrario de donde vamos a ir nosotros.
Esta estampa podría estar en casi cualquier ciudad. Lo que no había visto nunca, y juro que es verdad, - y me quedé tan embobada que no pude hacer la foto - es dos tíos ya mayores con el culo tatuado y en pelota picada caminando como si tal cosa entre la gente!!! Como esa no la tengo pongo una muy bonita del puerto.
Aguardando en orden para entrar. Al final un pequeño desajuste nos hizo dar la vuelta y entrar los últimos, junto con el resto de las motos y los camiones.Había un montón de motos esperando para entrar. Había de todo tipo y personajes de lo más variado. Mis favoritos: los de la vespa con rizos y chancletas.Subimos al barco entre estruendo de maquinaria grande y pesada y dejamos las máquinas en una bodega de las que no tienen vino, rodeadas de enormes cadenas y cinchas, con esa sensación de duda sobre si están bien aseguradas...

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