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30/8/10

Camino a Belgrado

Nuestra anfitriona nos ofreció proteger las motos de la lluvia con unas mantas impermeables, pero sin ellas han pasado muy bien la noche. La casita en la que nos hospedamos, una de las construcciones típicas de la zona. Si de algo me puedo quejar de la estancia es un bicho disecado que había en la escalera. Yo creo que no estaba disecado del todo.
Retrocedemos unos pasos para hacer foto a este monumento y... enfrente qué nos encontramos?...
... un monumento en madera al soldado turco. Un poco inaudito por estos lares.
Más vegetación brutal.
Pasamos por sitios realmente increíbles y un poco de mal gusto, juas!!
Valjevo, donde celebraban una especie de comunión o confirmación ortodoxa . Son las fechas. Hay muchos establecimientos donde se adorna la puerta con guirnaldas formando un arco y en muchos se reservan sólo para este evento. Desde la puerta del bar, vimos el protocolo de salir a recibir y saludar a los invitados, las fotos de rigor... es interesante ver estas cosas desde fuera.
Según el mapa debíamos estar ya en Belgrado, pero atravesamos 13 kms. de barrios poblados de casitas bajas entre vegetación abundante antes de llegar al centro.
Yo creía que sólo existía en los Simpson.
En su caballo, para todos ustedes: Mihailo Obrenovic III (más info -> google)
Paseíllo por la ciudad admirando los monumentos.
San Sava, la iglesia ortodoxa más grande de Europa. Recubierta de mármol blanco. Imponente. Se ve desde varias avenidas de la ciudad. Me encomiendo en plan kosaco.
Cenamos en un garito local donde el camarero elige los platos por nosotros - realmente no sabíamos muy bien lo que ponía en la carta - y compartimos mesa con unos maromos enormes, de nueva generación. Después nos quitan años de encima y nos dan una junior suite para dormir en un hotel de diseño muy bonito.

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