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2/9/10

Targu Jiu: Rumanía profunda, pero mucho.

Después de desayunar unos huevos fritos alargados - eran alargados -, deliciosos tomates y queso con compota casera nos vamos. En la manga:Cruzar la frontera hacia Rumanía, Tismana - Targu Jiu (parece nombre japonés) - Horazu - Bran Cusi, pero luego cambiamos planes.A pesar de que el tiempo no acompaña mucho, en cada metro que recorremos el paisaje es fantástico. Además no hay mucho tráfico y el asfalto no está mal.






Todo este tramo, desde que dejamos la fortaleza de Golubac, nuestras miradas se dirigen inquisitivas a la orilla rumana. Estamos buscando una cara en la piedra. Tiene que estar por aqui.

¡Mira! Es esa!
Esa es la cara, tiene un mirador habilitado con sitio para aparcar en esta ribera.

Tanto el paisaje de Rumanía en la otra orilla, como el de Serbia son magníficos. Estoy disfrutando cada kilómetro.
Llegamos pronto a la aduana, y antes de cruzar a la otra orilla nos pasamos de largo y comemos en Koladevo, un pueblo cercano. Y después nos colamos impunemente.




Al poco rato de cruzar la frontera la carretera se pone interesante. Y es que empezamos a tutearnos con los Cárpatos. Hay baches, agujeros, socavones, perros muertos, piedras desprendidas y más cosas, pero es TAN bonito el entorno! De hecho la gente organiza picnics en casi cada curva.
La estación del tren de Baile Herculane. Ya estamos del todo en Rumanía.
Acantilados y carreteras mas que sinuosas con agujeros considerables. El agua está encajonada muchos, muchos metros más abajo.
Nos cruzamos con un grupo de 6 motos mientras comemos, el primero y casi el último.







El rollo es que los perros se quedan en medio mirando y no sabes muy bien hacia qué lado van a ir.
Pasamos por Baia de Arama.
San Miguel. Éste y San Jorge, que también va a caballo pero mata dragones se repiten mucho. Está muy bien que pongan las pinturas por fuera si no deseas entrar.

Psiquiátrico junto a la carretera, inicialmente este señor se mostró algo agresivo, se calmó cuando le ofrecí un cigarrillo. Entonces empezó a hablar sin parar, yo sin entender nada asentía hasta que empezó a gritar. Momento en que subí en la moto y me fuí.
Sin comentarios. Es lo que pasa cuando rompes la sirga.
En una de las iglesias, un pozo manual de agua bendita. Self service.
El bosque es impresionante, la carretera es infernal.
El caso es que al final llegamos a Targu Jiu, una ciudad con los escaparates feísimos, los maniquíes puestos en fila detrás del cristal. Había también muchas tiendas de segunda mano y a las 9 todo chapado. No hay ni un cajero y no aceptan euros... hasta que usan la calculadora para multiplicar. Nos recogemos en el Hotel Lexistar, pongo un detalle de la ducha con radio y todo tipo de chorritos dirigibles:

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