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4/10/13

Cruzando la Península

La primera etapa de nuestro viaje comienza cuando sale el sol, después de dejar el tabaco (en el suelo, que se cayó el paquete al arrancar la moto). 800 kilómetros aproximadamente, que haremos en dos veces, nos separan del ferry. Resumo el trayecto de 300kms. hasta Utiel, donde dormimos la primera noche, mencionando que al pasar por Teruel vemos los Formidables Jumbos 747 en el aeropuerto desguazador y que el garage donde guardamos las motos dispone de un foso desde donde se pueden ver los interesantísimos bajos de un camión...

...y ver a los colegas desde la perspectiva de un ratón.

Dormimos, despertamos y otros casi 500kms. para hoy. En una de las vías rápidas mi moto hace shimmy a partir de 120kms/hora. Cambio la configuración del petate, que ahora en lugar de cruzado va en el sentido de la dirección y endurecemos la amortiguación. Mucho mejor. Pero... no tranquiliza del todo.

A la altura de Águilas salimos hacia la costa, sesión de fotos.


Comemos en Garrucha la especialidad de la casa: Arroz Garruchero (claro) y pez GalloPedro, que nos presentan debidamente al más puro estilo griego antes de llevarlo a la plancha.

Una vez cocinado es así, exquisito. Para gustos y aromas, lo siento, hay que estar allí.

La costa de Almería, paisajes que al otro lado del Estrecho parecen repetirse.

El polémico hotel. lo tiran no lo tiran.

Montañacas:

Finalmente hemos llegado a una hora bastante aceptable, con margen para una breve excursioncilla por los alrededores. 
 

La mesa de Roldán, en el cabo de Gata. .


Vista al noreste desde lo alto de la Mesa. En los días claros, en dirección contraria se ve Sierra Nevada desde aquí.

La noche llega a Almería, donde conocemos a Curri, excepcional diseñadora de gemas, y a sus adorables padres.

Nuestro Ferry sale a las 23,30, desde el puerto se admira la Alcazaba, cosas de los moros que en breve veremos en su propia casa.

El embarque, en este caso las motos primero. Emocionante momento por muchas veces que los hayas realizado. También es curioso el tema nudos para asegurarlas. El mejor método que yo he visto hasta el momento es el lacito de Minoan Lines, no apto para motocondríacos.

Una bodega es obviamente un buen lugar para compartir experiencias. En este caso se presenta Bartolo, un mallorquín en GS al que le esperaba el desierto.

Una vez acomodados nos asomamos a ver a algunos de los que no lo consiguieron. Uno de los coches empezó a echar humo por sobrecalentamiento. Los motivos del resto los desconozco.

Pero nosotros estamos dentro, como dicen los hackers en las películas, y nos retiramos pronto para dejar que el vaivén de las olas acompañe al nuestro y después nos dormimos rumbo a Melilla.

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