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8/10/13

Fez, el laberinto

Salimos de Chaouen a media mañana hacia Fez por el impresionante desfiladero del río Laou, que se parece un poco a Castejón de Valdejasa (salvando las distancias, claro). La carretera entretenida por lo concurrida que está, nos abre el hambre al poco rato.

"El que come escapa", dice Julián mientras encarga 2kg. de carne en la estación de autobuses cerca de Bab Taza. Todavía no lo sabíamos, pero tener el estómago repleto en las siguientes horas nos vendría muy, pero que muy bien.

Comida pantagruélica donde las haya. Lo mejor para seguir rodando después.

Una sola fuente, una sola jarra de donde beben los pasajeros de los autobuses que van y vienen sin parar.


Y allí sigue la jarra!


Con el buche lleno seguimos camino.


A medida que avanzamos van abundando los enlatados, peatones y moterillos que nos enseñan sus móviles...no, un momento, no son móviles son... claro! son ladrillos de chocolate! Barato! Bien, significa que vamos en la dirección correcta hacia Ketama.

La niebla se va haciendo más densa y se convierte en brutal, más de dos horas que se hacen interminables siguiendo cada uno la pequeña lucecita roja que le precede y sin ver nada más. Imposible adelantar, lo que crees una moto puede ser un camión, que aquí no todas las luces lucen!

Necesario subir la visera, totalmente empañada, por dentro y por fuera. Peor lo tienen los que llevan gafas! Escucho la voz de Julián, que me sigue, por el pinganillo: - Voy bien, no? Que voy conduciendo al tacto!. llevaba empañada hasta la calva.

Creo que superamos los 20km/h en un par de ocasiones, y paramos en otro par, que se hace pesado ir en un rosario de lucecillas rojas. No hace falta alejarse mucho para aliviar las necesidades naturales, no se ve NADA:

Campeones!

Con esa niebla, esto es todo lo que vimos de Ketama:

Desde las inmediaciones de Bab Berred, en lo alto, se aprecian las poblaciones dispersas, algunas casas colocadas allí donde sólo se puede acceder mediante burritos. Ni trail, ni tacos, ni telelever: tracción animal.

En una de estas, Julián y yo nos desmarcamos y practicamos un poco la conducción a la marrocana, yiiijaaa! Esperamos a los demás tomando un té en Taounate.
Atravesando pueblos y mercados en la misma carretera, es una buena ocasión para ver cómo transcurre la vida aquí.

La policía en las rotondas cercanas a Fez lleva RTs. Oh!

Llegando a Fez, el cielo rojo de atardecer, una bandada de palomas se cruza con nuestro convoy, por un momento nos rodean, volando entre nosotros, surcando las tierras de este paisaje, que parecen mantos de terciopelo peinados en diferentes sentidos. No tengo foto, pero fue memorable.

Llegamos de noche, la conducción nocturna está desaconsejada en Marruecos, aparte del caos habitual, la gente lleva o no las luces como le da la gana. Un alicate local en su mobilette nos lleva hasta el riad, murallas adentro y después al garage que ya conocíamos Julián y yo. Un miembro de la gendarmería real nos sigue para avisar a nuestro guía de que hay que ponerse el casco, según nos informan después los que sí lo llevaban, juas!. - En Marruecos hay libertad -, nos contaba después este saudí con quien intenté mejorar mis cuatro palabritas en morubi.

Esta noche corre el alcohol que llevamos de contrabando en la terraza del hotel, y unas cuantas birras, pero.. hey! sólo una parte eran nuestras!

La charla, que por fortuna luego deriva hacia otros temas, trata al principio de la neorevolución, la limpieza ética y otros temas aburridísimos.


Mi palabra de hoy es "seruj": llave. Me la enseña, claro, el recepcionista, que además sale corriendo detrás de nosotros para avisarnos de que no hemos cerrado la habitación cuando salimos a dar un paseíllo nocturno, todo un detalle. ¿Y no es verdad que hay más seguridad aquí que en nuestra tierra?.

Nos despertamos pronto para ir al zoco, desayuno abundante y todo un día por delante en el laberinto de Fez.

Esta vez con visita guiada, aunque yo mantengo mi opinión de que el mejor guía en Fez es el que simplemente te indica el camino hacia el hotel cuando ya te has cansado. Pero claro, él sabe los sitios buenos buenos para tomar algo y que no te cobren como turista :)

Parte de nosotros enlatados y yo de paquete.

Enorme! Y toda amurallada!

Y que no hay tejado sin paella parabólica!

Después de la panorámica con explicación incluída de las zonas de la ciudad y los minaretes que se ven, y algunas costumbres sobre las celebraciones de por aquí, vamos a callejear. 

El zoco merece un capítulo aparte, lleno de texturas, olores, y todo tipo de barrillo guapo. Si me detuviera a preguntar todo lo que me llama la atención, no saldría nunca de allí. Aparcamos y lo recorremos a pie. La otra opción es burrito, pero no tengo carnet. Puesto de chuscos de pan (?).

Es el mayor zoco de Marruecos, Fez es la fábrica de todo: cuchillos, telas, alfarería, pieles,...

...Boutiques halal...

...pastelerías...

... más pastelitos,

...(cualquier rincón es apto para montar un taller artesano)...

...alfarerías, 

...mosaicos, cuyo corte me recuerda al de los diamantes: sólo tienes una oportunidad.

... mosaicos con diferentes aplicaciones. Los colocan con la parte esmaltada hacia abajo, luego esparcen por encima la capa de material que los mantiene unidos,

...combustible,

...mobiliario para bodas,

...textiles,

... servicio a domicilio,

...alimentación,

...menaje, joyerías, carpinterías, tiendas de especias, herboristerías,... este es el barrio andaluz. Casi como en casa!

...ataúdes por encargo...

...traducido a oregonés: Hala, a cascala!

Uno de los pedacitos de sabiduría popular de los lugareños: Haz como hace tu vecino, o cambia tu puerta.

Así que para mimetizarnos, adoptamos los tocados locales, parece fácil ponerse un turbante, pero repetirlo es más difícil.

Y por supuesto, la visita incluye una de las madrassas, Attarine, orgullo árabe, capital de la fé, de las universidades, de un pasado andalusí que compartimos.

Estucada hasta el techo :P

Te digo que es Córdoba o Graná y no te extraña.

Se encuentra de todo, incluso colomoros, que no es que sean típicos de aquí, pero son baratísimos! Me pillo dos para la cordura. Las alfombras judías son una auténtica inversión, cuando entramos en la tienda, sólo las mostraron al final.

Dentro de poco se celebra el Grid, la fiesta del cordero. Los precios están más bajos de lo normal en un intento por recoger todo el dinero que sea posible para gastar luego en la celebración. Julián se aprovecha al comprar la alfombra hasta el punto que le llaman catalán y judío!! Ahora en el dormitorio mis pies pisan un pedacito de Marruecos.

Si te fijas, hay algunos hombres con una mancha en la frente parecida a la que se me queda a mi después de un rato largo con el Schubert. A ellos se les produce, según me cuenta alguien, al apoyar con decisión la frente en el suelo al rezar. (!) La apestosa parte de las pieles,

Por lo menos no hacía todo el calor del mundo, y la pestilencia era un poco soportable.

Me pregunto cuánto tiempo hace falta para acostumbrarse a esto.

Me creo urbanita, pero esta ciudad, realmente es diferente. Volvemos a los vehículos, han echado una lona sobre el panzer, se nota que esta gente tiene buen gusto:
 

Comemos en uno de los garitos locales a precio de locales y nos ponemos de nuevo en camino, que hay mucho por ver!

Salimos de la medina para rodearla hacia el sur. Tengo que acordarme de traer la camiseta de "Ya disponemos de alicate, gracias", la próxima vez que vengamos.

Y ahora empieza el capítulo PUERTAS, que siendo una ciudad amurallada tan grande hay que prever las entradas y salidas. Esta no se puede cruzar, es la del palacio real.

La de Bab Bou Jeloud, por la que se accede a la parte más antigua de la medina.

También se la llama Puerta Azul.

Esta no se cuál es, pero en Aragón ese alero indicaría el poder de quien habita la casa. Supongo que no diferirá mucho aquí, ese artesonado requiere su trabajo.

El barrio judío, no muy lejos de la puerta azul y con arquitectura claramente diferenciada de lo que hemos venido viendo.

Paseíllo por la M-40 rodeando la medina en sentido de las agujas del reloj y volvemos al riad.

Momento para ir a engrasar las cadenas donde se comprueba que las motos son para uno.

Descanso antes de la cena planeando sobre el plano, que avanza la noche y mañana hay que saber a dónde y por dónde nos encaminamos.

Foto oficial de Fez, con nuestro resuelto, solícito y amable guía.

Y luego, planazo: hacemos una inmersión turística en el bonito mundo del folcklore tradicional marroquí en un marco realmente incomparable.

Trajes tradicionales con músicos tradicionales, también hubo un mago - el único que no era tradicional -, una danzarina y una comefuegos.

Con un par de copas el techo empieza a moverse como un caleidoscopio.

Degustación de los platos típicos, con vino típico de Marrakech. Si, vino. Marroquí. Y pastela, esa mezcla de dulce y salado que a mí me encanta pero que no es fácil de encontrar en cualquier restaurante.

Toda la cena amenizada con más bailes tradicionales,

y más cantos tradicionales con sombrerito típico.

Y esto es literalmente dar vueltas a la cabeza. A continuación los representantes masculinos de la expedición dando vueltas a la cabeza en plan headbagging. 



Una vez bebidos, comidos, cantados y bailados, nos retiramos, segunda noche en Fez. Mismo sitio, mismo apartamento sugerente que exalta nuestros instintos más salvajes, y el juego que dan esas estrechas escaleritas!

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