Se acerca la noche de ánimas, y somos invitados a celebrarlo en escenario sin igual, por el Moto Club Monrepós. Vamos, pero vamos rodeando, que tenemos más de un día para llegar!
Y el primer día comienza con una vigorizante ruta junto a los Respetables & co. Carreteras Monster especialmente elegidas para la ocasión. Las montañas de las Sierra untadas de nubes.
Nada de convoy, a este ritmo es mejor contar con la distancia de seguridad.
Y si es con colegas, superior!!!
Todo un lujo - y en el jardín de casa, como quien dice.
Después de Calatayud el firme cambia un poco. Infame.
Desvío en VillaLengua.
Con el casco integral no se perciben tan bien los aromas. Además, el termómetro marca una temperatura perfecta y el sol hace brillar con fuerza la gama otoñal.
Sólo cinco metros malos nos separan de uno de esos rincones de postal que siendo urbanita todavía me flipan. Unos lugareños nos indican el mejor lugar para pescar truchas, pero aprovechamos la parada para poner en hora los relojes de las motos.
Nos despedimos de los Respetables y dirección a Tierga nos acercamos al "gigante dormido"
Subimos al Moncayo esperando ver alguno de los gnomos que se dice viven en su interior. No tenemos suerte en esa empresa, ni tampoco conseguimos alojamiento en todo lo alto, probaremos suerte en Tarazona.
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Despertamos en el hotel Las Brujas de Bécquer, para no perder el espíritu de la celebración. En la ventana, el Moncayo nos da los buenos días bloqueando la lluvia que se aproxima desde el oeste.
Como la catedral de Tarazona está cerrada los lunes - con la tontería de ver cómo son por dentro, debo llevar un montón de puntos de estancia -,...
Cerca de Añón, antes del aperitivo un poco más de polvo.
Y una vuelta por uno de los pueblos de calles más empinadas que conozco.
Vicisitudes propias de la exploración rural. A loro la locución del vídeo, JUAS!!
Importante cita en el día de Brujas: Trasmoz, donde Dios se da cuenta de que pululamos por allí, y nos señala con su Dedo de Luz.
El pueblo es brujeril por definición. Las calabazas, algunas rodando por el suelo, y un montón de balcones adornados, recuerdan la gran noche que se corrió aquí ayer.
Durante toda la mañana hemos rodado por pueblos que terminan en "ayo": Añón de Moncayo, Vera de Moncayo, Alcalá de Moncayo, San Martín,... bueno, y en el mirador de la Diezma, con horizonte de 360º.
Comemos, como si no hubiéramos desayunado y almorzado estupendamente, al lado del precioso Monasterio de Veruela, donde vimos los famosos ojitos.
Cuando la tarde ya está asentada, nos dirigimos hacia el punto de encuentro para esperar allí a las almas que nos acompañarán esta noche. Como no podía ser menos:
Por fin completamos el grupo y después de una opípara barbacoa con delicatessen traídas en todo tipo de máquinas y cocinadas por el Gran Miguel, nos dirigimos en rodada nocturna hasta el Manicomio del Miedo (sanatorio de Agramonte). Puede que los insistentes temblores de tierra removieran el terreno que albergaba las tumbas, el caso es que aquello estaba más poblado que la entrada a Cheste.
Aparte de nuestra tropa había un grupito de 4 o 5 yogures que al principio reaccionaron con cautela, un par de tíos flipaos que pasarían allí la noche y el grupo de coches que crecía en la entrada a la pista. Habría cambiado la careta que no llevaba por una sirena azul!!! En el interior del manicomio, el horno crematorio:
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