Mientras en España se sobrepasan los 45º en algunas zonas, el puerto de Somport nos recibe con refrescante niebla pero tan ligera que permite disfrutarla rodando suave y escuchando los truenos de la cuelgamonos.
Como alguien me dijo en una ocasión, cualquier paisaje mejora mucho si aparecen motos. Book aparte para Deltoya, que la estética lo merece.
Arte montañoso: Cosas que sólo ves a tranquilo ritmo cuentapinos. Hoy nos reservamos la adrenalina para La Imposible.
Los pueblos festejan nuestra travesía, mucha gente se para, todos miran, algunos saludan, sonríen :) Y te entra una sensación de Vanitas Vanitatis...
Después del último desvío a la izquierda ya nos empezamos a cruzar con motos.
Acostumbrados a conducir en convoy - aunque el de hoy no fuera muy tupido -, los auténticos señalan perfectamente los cambios de posición, las imperfecciones del terreno y por supuesto saludan con el auténtico saludo motero cuando se les increpa.
Total, que al final llegamos y además de las monstruosidades que compiten - este año la novedad eran una especie de puños americanos que sustituían a las palas y los pinchos -, hay también esto - por ejemplo:
Ni están todos, que nos dispersábamos constantemente menos los que guardaban las posiciones.
Incluso los 20 primeros metros impresionan.
EL CAMPEÓN:
Venía de ahí abajo!!!!
Si viene morabito se moja hasta el carrito. Famosos 100mts. malos. Y nos volvemos.
Y si además de paisajes hay máquinas y colegas, se vuelve todo idílico.
Pero idílico del todo, véase:
Tronando de fenómenos atravesamos el corazón de montañas no tan imposibles pero igual de imponentes.
Y seguimos, seguimos en la carretera!
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