Pues voy: la frontera de Moldavia es tan increíble como el nombre del país. Todo iba más o menos bien hasta que llegamos al tercer puesto de control donde un gorraplato sin ningún sentido del humor nos debe dar un papel que nos permitiría pagar un" impuesto ecológico" (20€/vehículo) en otra ventanilla en la que no puedes pagar si no tienes el papel.El problema es que no tiene papel en la impresora. No preguntéis, pero conseguimos el papel para pagar las tasas (en medio del follón, contaron mal las motos y pagamos sólo por una: prometí escribir a la embajada contando el error, juas!).
Pero después nos dice que tenemos que pasar el control de drogas (no dudó cuando contestamos que no llevábamos tabaco, alcohol ni armas, pero lo de que no fuéramos pedo le costaba creerlo) y entonces...
...en lugar de un pastor alemán o un doberman, sale el perrito de Scotex y su cuidador y yo ya no puedo más y me descojono.
Antes ya tenía cara de pocos amigos, pero ahora amenaza con revisarnos el equipaje. Hulk y yo acordamos lógicamente empezar por la ropa sucia - que a estas alturas ocupaba todo mi equipaje - y luego dejarla ya allí.
De alguna manera el aduanero se lo olió, nunca mejor dicho y nos dejó ir con las maletas hechas.
Después de todo el lío paramos un momento a relajarnos. En la foto superior, el paso fronterizo no se ve, pero está justo a la derecha. En la foto inferior, tomada desde el mismo sitio, se ve la entrada a Ucrania. Estos p**** 500 metros son todo lo que vimos de Moldavia y los que nos harían cambiar la ruta de vuelta, para no volver a pisar aquella tierra.
Y ya estamos en Ucrania!! La primera lección del idioma me la da el que está a cargo de la garita de cambio: Saludo: Dresdniche; Gracias: Spasiva. Ya podemos entrar. La explicación de la estilización del escudo es curiosa (más info -> google).
La carretera que sale de Giurgiulesti hacia Reni era peor que la peor de las de Rumanía, el asfalto en la ciudad casi inexistente. En 100 metros el firme cambia de adoquines a planchas de hormigón, un poco de asfalto entre socavones...
Mira, una hoz y un martillo. Para mí, que no tengo memoria histórica, resulta de lo más llamativo.
Todavía mantienen muy vivo el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial. Como luego comprobamos Ucrania esta llena de monumentos a sus héroes, "Héroes de la Unión Soviética".
Paramos en Reni a tomar algo. Los paisanos a nuestro lado no se creen que las motos tengan dos cilindros. De alguna extraña manera conseguimos comunicarnos suficiente como para echar unas risas. Comentan sobre sus carreteras, haciendo aspavientos como si sacudieran una manta y cuando les digo que son KK, lo entienden y la risa es general. Hasta nos querían invitar!!
En el mapa, el territorio que rodea esta carretera aparece de un solo color, sin nombres, nada. Son campos de cultivo en una llanura inacabable.
Y venga carreteras bacheadas, deformadas...
La carretera es básicamente recta (creo que giramos dos veces) que transcurre entre llanuras inundadas. En la guía pone que en esta zona vive la viuda negra y las escolopendras más grandes. Izmail es el único pueblo destacable de esta ruta.
Las cúpulas bien brillantes, eso sí.
En una gasolinera.
No se que fijación tiene esta gente con los cilindros.
- Toilette please? - pregunta Hulk, y le señalan una caseta alejada a 50Mts. Cuando vuelve me dice: - Ya lo he documentado yo, no te preocupes. Y voy yo:
Tualet:
Tualet????? Caída libre!! Atiende al cuelga rollos.
Poco tráfico, eso si.
OBJETIVO I CONSEGUIDO!!!.
Foto por delante:
...y foto por detrás!
Y hala! a meternos en otra gran ciudad... con trolebuses, tranvías, autobuses,...
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