Adiós, Hesíodo!! adiós, Lepanto!!. Que vamos a coger el barco a Igoumenitsa!
Pick Up de tres ruedas en una de las paradas que hicimos la casi isla entre el continente y Lefkada.
Por aquí no hay grandes puertos ni casi infraestructura turística.
Y mucha calma en un tranquilo mar Jónico. Tenemos todo el día para recorrer 300kms. aprox, podemos entretenernos bastante y lo hacemos!.
Obviamente, juguete roto. ¿Pero a que parece un crimen?
Nos perdemos un rato por caminillos, pero a sabiendas de lo que hacemos: básicamente hay que pasar al otro lado de esa montaña.
Es un jardín privado y cada uno es dueño de lo que guarda allí, pero a mi me parece tan extraño como los avetruces en Ibiza o las llamas en el Tourmalet.
Esta la vamos a rodear por la izquierda, pegados al mar.
Una tormenta se estaba formando amenazadora a nuestra espalda. Hasta la hora de comer intentamos que no nos alcance.
Paramos a echar unas cañas en Etoliko (casi como el alcohol) y me extraña la clavada de 2,50€ por birra. Eso si, con tapas, pero me pregunto si no habrá por esta zona una tarifa especial para pardillos con BMWs.
Toda esta zona, desde que en Missolongis dejamos la dirección oeste y enfilamos hacia el norte es bastante plana y la carretera es bastante recta. Dejando de lado un par de pueblos, se atraviesan campos labrados.
Melón!! En un atasco local.
Así era todo antes de la avalancha de créditos que permitían comprar nuevas y flamantes pickups.
Los niños son niños en todas partes, y hacen los mismos equilibrios sobre las bicis.
Ves el 13 pintado en la pared? Existe la manía de tachar las señales de circulación y los carteles en cristiano. Ponen Θ7 o θ13 y tréboles. Será un movimiento nacionalista?
Pueblos de vida tranquila, pesca, huerta, algún turista...
Como en la costa de Croacia, en Lefkada las islas salpican el mar cercano.
Todo el camino desde Lepanto hasta Igoumenitsia transcurre al borde del mar con vistas a las islas, penínsulas...
...menos un pequeño y agradable puerto.
Lo que más se atropella por aquí son tejones. Son enormes.
Tanto queso tiene que salir de algún sitio.
Un menudo pajarillo atropella a Julián y nos damos cuenta de ello al comprobar el nivel de aceite en la gasolinera. Sorprendente lo poco que pesa cuando lo sacamos. Da un poco de grima, pero peor hubiera sido que nos hubiera pillado la lluvia con él ahí y se hubiera mojado antes de sacarlo.
Pero no nos pongamos tristes, segumos sin nada en la cabeza.
Las islas y las playitas de Misticas nos dejan embobados. La arena blanca y el agua turquesa parecen de postal tropical.
Muy cercano a la perfección: Podemos rodar sin casco, la temperatura es estupenda y tenemos toda la carretera para nosotros dos solos.
Si habíamos flipado poco con la arquitectura cunetera, esto ya es lo más. Una escoba y un recogedor apoyados en la parte de atrás. Con la llave puesta guarda en su interior todo lo que un joven adolescente podría desear. Si aún estuviera en este mundo.
Con la idea de llevar el buche lleno al barco, paramos en "Zorba el Griego", que nos parece un nombre muy adecuado, para comer. Antes de nada, ya me han llevado a la cocina a elegir la comida. La verdad es que el método es bastante práctico.
Conseguimos despistarnos hoy también, girando sobre nuestros pasos y volviendo apenas unos kilómetros.
Antes de Preveza hay un túnel debajo del mar de 2 kms. y aquí se acaba la diversión, Juas!!
Por fin, nuestro destino. Ahora a por el puerto ignorando las oficinas de venta del exterior, donde pagas más por lo mismo.
Mientras nos comemos una girospita nos cuenta costumbres de los turcos, con los que ha convivido en Chipre, y cómo en un alarde de gestión de residuos, en Líbano éstos se entierran en un montón y se pone un IKEA en la cima.
Un poco peculiar lo de los billetes. La chica en el mostrador me repite que no hay y que vuelva más tarde para comprobar si alguien se ha dado de baja. Hasta que me quedo a su lado y le pregunto cada 2x3 si ya ha llamado al barco para comprobar que alguien se ha muerto o se ha tirado por la borda???
A día de hoy no lo he terminado de entender.
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