Por 40€ nos alojamos en Ácrata, en el Hotel del mismo nombre - que me encanta.
Y después de la paliza de ayer, hoy planeamos sólo acercarnos a Lepanto, que está justo al cruzar el puente de Rio. Vamos!
Una antígua vía de tren recorre la costa paralela a la carretera. La cruzamos en varias ocasiones y aún mantiene la señalización de sus tiempos.
Todo el día para hacer menos de 300kms nos permite ir parando en todas partes.
Enfrente está nuestro destino. Aquí, al igual que en Creta, es costumbre ofrecer agua fresca cuando alguien se sienta a tomar algo y también ponen tapas, por lo menos unas olivillas.
La carretera de la costa entra y sale hacia la playa, esquivando urbanizaciones.
Si en un extremo construyeron un canal, separando la península del continente, por este levantaron un gran puente para atravesar el Golfo de Corinto y unirlos de nuevo.
Siempre por la orilla y paralelos a la abarrotada carretera nacional, vamos en busca del puente.
El puente une Rio, en esta orilla (El Peloponeso) y Antirio (El Continente) en la opuesta.
El peaje cuesta 1,90€. Me parece barato. Pero me resulta curioso que apenas hay tráfico cruzando.
Y en la otra orilla, Naupacto, la llamada por los venecianos Lepanto. Y si en Ácrata nos quedamos en el hotel del topónimo, hoy repetimos coincidencia. El precio muy inferior a lo que esperábamos.
Moteros locales.
En el lugar donde ocurrió "La más alta ocasión que vieron los siglos" unas mujeres charlan ruidosamente mientras se dan un baño.
Entre las murallas del puerto y vigilado por otra estatua nos encontramos a Don Miguel de Cervantes Saavedra, que estuvo por aquí hace casi quinientos años combatiendo al turco en esa ocasión.
La estatua es de antes de la guerra, de cuando aún conservaba el brazo. Le tienen encerrado al pobre, y yo le presento mis respwetos." Español es perfume de mujeres", me dice un camarero cuando paramos a comer. No es el primero que nos habla en español por aquí, pero no es lo normal.
En el puerto, además de japoneses venidos en autobús haciendo fotos, hay varias medusas bastante grandes y con bolitas azules en el lado de abajo.
El antiguo puerto fortificado acoge pequeños barcos de pesca y alguna que otra lancha de recreo, no da para más.
En lo alto del castillo hay una bombera estudiando.
En las terrazas todo el mundo está atento a un partido de fútbol, nosotros mientras, aprovechando que hay wifi EN TODAS PARTES enviamos algunas fotos a los colegas.
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