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21/9/12

La Scivia Etrusca y nos volvemos

Hoy tenemos todo el día para llegar a la costa este, el barco zarpa a las 24:00. Al dejar la llave en recepción  no podemos dejar de hacer la coña del 4-0 del mundial al conserje, que confiesa que derramó una lagrimita.

Sobrepasamos Marsciano y para no repetir ruta nos desviamos a la derecha antes de llegar a Todi (donde la cúpula). El resultado es una preciosa carretera de curvas cortas aunque no muy anchas de buen firme y bordeada por bosque que al llegar a Corbara acompaña al lago durante un buen trecho.

El skyline de Orbieto. Hay un par de miradores desde donde se ve la fortificación que rodea por completo la loma en la que se asienta.

Alcanzamos a un motero local, le saludamos y formamos convoy con él durante un buen rato después de que amablemente nos haga reducir señalándonos un radar. En la ciudad nos despedimos agradecidos sin bajar de la moto. Son momentos intensos pero se habla poco con los colegas, en la moto.

La entrada a Bolsena, "Ciudad del Milagro Eucarístico", pone en el cartel de la entrada. Resulta que una Ostia Consagrada sangró realmente en 1263 mientras el cura descreído daba la misa.
 

Además de esta fortificación hay varios bares coquetuelos, pero no se puede acceder al interior de la muralla con las motos :P

Hago una foto a mi hombre y resulta que tiene una bandera de Aragón detrás!.

Hay un centro de interpretación que allí es más o menos igual que aquí: una habitación con posters. Nos regalaron un lápiz, una bolsa, un cd interactivo y un cuadernillo de publicidad. Ah! Y un folleto explicativo con el texto de los carteles de la pared. Pero no ponía porqué estábamos en territorio aragonés!

El museo ocupa el castillo de la entrada. Allí se expone una mínima muestra etrusca me pareció un poco caro. En la planta inferior hay un paupérrimo acuario al que yo no encontré interés pero que también iba incluído en la entrada.

En el museo también está la bandera!!



El lago es volcánico y de él emergen un par de islas.

Vuelta al turismo bélico-morboso: almas Commonwealth (bienestar común, juas!) en suelo italiano. Pero de lo que avisan es de que el suelo resbala.

Había por lo menos seis o siete lagartos que no hicieron mucho intento de moverse, aún así, para cuando tuve la máquina preparada en modo zoom sólo quedó éste. Y además, no lo puse bien. Pero se ven un poco los "pinchos" que tenían en el cuerpo.

Cada lápida un adiós. Media de menos de 30 años. Despiadadamente, es una manera aplastante de acabar con el paro. Casi todos son granaderos de la guardia sudafricana que aquí se las vieron con la división Hermann Goering.

Esta me conmovió más por su epitafio: En el mosaico de la Victoria dejamos la más preciosa pieza.

Fin de semana: En el breve rato que estoy ahí sentada pasan varios grupos de motos de excursión.

En Monteromano una joven esta siendo promocionada para santa por librar de la muerte a un hombre que se metió debajo de la rueda del camión. Por lo visto la víctima se acordó de la niña que era muy buena y eso hizo que no resultara aplastado.

A su salud, una pizza al corte y un par de botellas más para el post de la colección.

Tenemos un montón de tiempo. Elegimos acercarnos al puerto para asegurar los billetes y después hasta Tarquinia donde Julián me quiere enseñar algo relativo a los Etruscos con lo que me tiene intrigada desde hace tiempo. Después de todo, ¿quién no ha oído hablar de los etruscos? Como estás en Italia, te descuidas y hay un acueducto.

Galería de delitos (menores). Obsérvese el detalle del intermitente.

La puerta de Tarquinia, a unos pocos kilómetros al norte de Ancona, donde los etruscos, que me parecen bastante buena gente, dejaron bastantes huellas. Me parece avanzadísimo, por ejemplo, que ya hicieran puentes de oro para las muelas (aunque luego me han comentado que no hay para tanto asombro).

Paseo de reconocimiento por la ciudad, que es muy pequeñita.

Un pollo (que no tiene que ver con los etruscos) a la entrada del museo de la ciudad, donde la exposición demuestra que esa gente sabía vivir (y morir) apreciando los placeres del cuerpo y la naturaleza. Sus sarcófagos los muestran serenos, e incluso en actitud de disfrute. Las vajillas me recuerdan a la que aparecía en la peli  "Una jaula de grillos". 

Las tumbas, que son lo que realmente hemos venido a ver están a las afueras de la ciudad. 

Mi hombre buscando el motivo de la visita. Es difícil de encontrar, porque las tumbas etruscas están enterradas, cada una debajo de un montículo y se accede a ellas bajando una estrecha escalerita.

Esta es. PERO! La moral difusa - que no me acabo de creer que haya alguien tan perverso - ha hecho que las imágenes representativas hayan desaparecido, dejando en su lugar unos paneles que no dicen nada.

Vuelta al puerto. El camino va perpendicular desde Tarquinia y luego discurre paralelo a la costa.

Laberíntico, el puerto. Tomas un ticket a la entrada que no necesitas devolver a la salida. Con esta eficiente gestión, al final reunimos 3 tickets cada uno, juntando 6 en total.


Unos spaghetti previos al ferry, que aunque hemos comido razonablemente bien en los barcos de este viaje, tengo un cierta aprensión a la alimentación a bordo.

Paseo por Civitaveccia, que también tiene rincones curiosos.

El barco trae dos horas de retraso. En la zona de embarque vemos que alguien empuja una moto. Luego otra y va a por otra. Me entra curiosidad, le pregunto y nos cuenta que vive en Ibiza y acaba de llegar de Ciudad Real con esta Puch y dos Ducatis de granja que intentará vender sobre los 8.000€.

 Los Grimaldi acogen en sus barcos los viajes de fin de curso de los FP de los paises del este, cada alumno luciendo orgulloso su "Diplomu".

Las vueltas siempre tienen un estado de humor especial. Afortunadamente los colegas hacen que sea agradable, porque en estas viene nuestro compañero italiano de embarque y nos comenta cómo un gato que lleva a Barcelona se le ha hecho fuerte en el baño del camarote, nos acercamos a la costa y nadie, ni varios camareros, ni el sobrecargo, nadie consigue meterle de nuevo en la jaula. - Imposible- dice,- es grande como un lince!

Le vimos más tarde en tierra y no sabemos cómo, pero lo consiguió, porque levantaba el pulgar!!!  Ja, ja! Habrá más! Seguro!





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